No están legislando para una jóven anónima, están legislando para mi

Por: Cristina M. Báez

Escrito en el año 2016. 

Es derecho de toda mujer tener la opción de un aborto terapéutico

Hay personas que todavía no entienden la diferencia entre el aborto y el aborto terapéutico. Hay otras que ven el aborto terapéutico de manera abstracta y se oponen al mismo alegando defender los derechos del feto. Otros se hacen los indiferentes porque al igual que aquel diputado que dijo: "Yo no tengo que ver con eso, yo tengo hijos varones" creen que son inmunes.

Entonces, para aterrizarle un poco el tema a algunos que siguen confundidos decidí escribir esto.

El aborto se considera terapéutico cuando se da una de las siguientes condiciones:

1. Cuando el embarazo sea resultado de una violación.
2. Cuando el embarazo sea resultado de una relación incestuosa.
3. Cuando el embarazo ponga en peligro la vida de la madre.
4. Cuando el feto presente malformaciones incompatibles con la vida.

También es buen momento para aclarar los dos grandes movimientos en pro y contra del aborto. Están los que apoyan el derecho a decidir (“Pro-Choice”) que le da a cada persona la potestad de decidir si desea continuar su embarazo, sin excepciones.  Y está el movimiento en pro de la vida del feto (“Pro-Life”) que se opone al aborto.

Pero, cuando llegamos al tema del aborto terapéutico estos bandos se pueden mezclar, ya que personas pro-vida pueden llegar a entender la necesidad de terminar un embarazo por razones extenuantes como las antes descritas.

En República Dominicana nos hemos visto con un Congreso compuesto de los pro-vida extremistas, que defienden la vida del feto, por encima de la vida de la propia mujer embarazada. Tal fue el caso de “Esperancita” que en el 2012 murió a los 16 años, de leucemia, porque aplicarle su tratamiento hubiera implicado abortar el embarazo. Al ella morir, también murió su bebé que la ley protegía con tanto recelo. Para los que no lo sabían, en nuestro país el aborto “está prohibido en todas las circunstancias, incluyendo para salvar la vida de la madre”. Y aquí es donde llegamos a la violación de los derechos de la mujer que tanto se ha mencionado. ¿Por qué la vida de un feto es más importante que la mía? ¿Por qué a mí no se me permite elegir lo que considero mejor para mi cuerpo, mi embarazo y mi vida? ¿Por qué se toma en cuenta la postura de la iglesia o de las religiones de los congresistas en un tema legislativo?

Yo tuve una experiencia relacionada directamente con estos temas que a muchos les parecen abstractos o hipotéticos. Porque aquí está la clave del asunto… Creen que están legislando o protestando para que una niña anónima de 16 años practique la abstinencia en vez de hacerse un aborto. Pero no es el caso. Están legislando para mí, que a mis 27 años quedé embarazada luego de 4 años de matrimonio. Que me vi embarazada de un bebé con síndrome de Meckel-Gruber que tiene un índice de mortalidad de 100% y que tiene probabilidad de repetirse en un 25%. En lenguaje sencillo, todos los bebes afectados con este síndrome mueren en útero o al poco tiempo de nacer. No hay nada que la medicina moderna pueda hacer para prevenirlo o salvar a mi hijo. Y las probabilidades de que me vuelva a suceder cada vez que quede embarazada son altísimas. Yo, que desde que era adolescente he sido insistentemente “Pro-choice”, decidí continuar mi embarazo. ¿Por qué? Porque poder elegir qué hacer con mi embarazo no significa automáticamente que voy a decidir abortar. Significa que tengo la capacidad mental y moral de elegir lo que entiendo que es mejor para mí, mi bebé y mi familia. Entonces algunos dirán “¿si a ti no te interesa abortar, porque te opones a este nuevo Código Penal?”. Sencillo. Porque esta fue la decisión que yo tomé basada en toda la información que tenía en ese momento. Y como mujer inteligente y pensante no necesito que un hombre que yo no conozco me imponga lo que yo debo hacer sin tomar en cuenta las particularidades de cada caso. Porque que no quepa duda, que cada caso (y cada embarazo) tiene sus propias consideraciones a tomar.

Yo no me arrepiento de haber continuado con mi embarazo, pude despedirme de mi hijo Gabriel José el tiempo que pude en útero y pude compartir unos preciados minutos con él cuando nació antes de que tuviéramos que despedirnos de él para siempre. En un próximo embarazo, si me veo enfrentada con otra condición “incompatible con la vida” estoy completamente segura de que no continuaría el embarazo. Y aquí viene entonces la pregunta, “¿pero porqué antes si y ahora no?”. Porque cada caso es distinto y, como dije anteriormente, tiene sus propias consideraciones a tomar. Ahora, a mis treinta años no puedo darme el lujo de pasar por otra cesárea de emergencia en la que me subió la presión a niveles peligrosos. Porque no puedo durar 9 meses con un embarazo y otra cesárea que va a resultar en otro hijo fallecido. El cuerpo de la mujer no es una fábrica sin fin de hijos donde podemos tener embarazos, partos o cesáreas interminablemente. Cada embarazo viene con sus propios riesgos y con su tiempo de espera post-parto antes de poder intentarlo de nuevo. Obligarme a continuar un embarazo que no va a resultar en un bebé vivo y sano, es condenarme a no tener hijos. Ya que puede darse el caso de 3 y 4 embarazos consecutivos con condiciones “incompatibles con la vida”, como he visto en mi grupo de apoyo. Están legislando para mí, para ti, para tu esposa, tu hija, tu nieta y todas las parejas involucradas.

En los casos en los que la vida de la madre no está en peligro, como sería el caso de las violaciones o incesto, se deben oír testimonios del trauma psicológico que produce una violación para entender a las víctimas. Por ejemplo, algunas mujeres que han sido violadas cuando tienen hijos con sus parejas no son capaces de amamantar por el trauma psicológico que les produce este gesto maternal del que ellas desean ser parte. El trauma les mancha hasta su maternidad por decisión propia. Obligar a una mujer a que tenga el hijo de un delincuente que la violó de una manera denigrante y dolorosa, es una crueldad como hay pocas en esta vida. La mujer que desee continuar su embarazo producto de una violación, es extremadamente valiente. Ya sea para criar al hijo o para darlo en adopción, su valentía se manifiesta en su perseverancia. Pero también lo es la que decide abortar el hijo de su violador y continuar con su vida. ¿Por qué queremos negarle a esta mujer esa oportunidad? ¿Por qué creen que saben más que ella lo que le conviene o de lo que ella es capaz?

Siempre están los que dicen que la solución es realizarse el procedimiento fuera del país, y no involucrarse con “esos temas”. Pero no hay posición más egoísta y elitista que esta. La penalización del aborto terapéutico condena a las personas de escasos recursos a sufrir y hasta morir por un embarazo que pudo haberse terminado. Las que están desesperadas de todos modos van a encontrar la manera de realizarse el aborto, en clínicas clandestinas no regidas por normas de sanidad o médicas.

Cada mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo. Porque cada una tiene perfectamente la capacidad de aplicar sus creencias, sentimientos, criterio y demás, a su decisión personal. En el caso de los derechos del feto, deciden sus padres. Porque desde que ese bebé es un feto hasta que tiene 18 años las decisiones médicas son responsabilidad de sus padres. Es mi bebe, mi hijo. Y yo, como su madre, estoy perfectamente capacitada para tomar decisiones sobre su vida o muerte. Así mismo cuando un niño lo está manteniendo vivo una máquina para respirar, son sus padres que eligen si desconectarlo o no. No llaman a un consejo de personas que no lo conocen a obligar a los padres a tomar una decisión que va en contra de sus deseos y/o creencias.

Pero, al final del día no todos tenemos que coincidir, ya que cada uno tiene su opinión influenciada por miles de factores. Y por ende, la ley del aborto terapéutico no debe obligar a nadie a actuar en contra de sus deseos. Por esto, respetar este derecho de toda mujer es tan importante. Si usted, como madre y mujer, decide continuar su embarazo a pesar de que puede causar su muerte, esa es su decisión. Así como yo no la voy a obligar a abortar para que sobreviva, tampoco deben obligarme a mí a continuar con un embarazo bajo condiciones extenuantes.

Esta ley debe dolerle a todo el mundo. No piense que se está hablando de una joven anónima. Piense, que se está hablando de su hija, su esposa, su nieta y a partir de ahí tengamos una conversación informada y coherente.